Los recuerdos ya llegaron, la tristeza ya empezó,
él no quiere recordar lo que un día lo lastimó,
pasaron muchos años y él aún sufre por amor,
y no quiere recordar que aquel ángel lo abandonó.
Pero él sabe que en el fondo de su corazón aun existe amor,
y lo llama... implorando su perdón, esforzando clamor,
él no se arrepiente de lo que hizo, pues lo hizo por amor,
pero quiere volver a ver a su ángel, quiere sentir su calor.
Y el corazón del ángel ya no aguantó más y bajó a la tierra,
y de entre los muertos, del subsuelo lo liberó,
las miradas se congelaron, la respiración desapareció,
era algo extraño para los dos y quedaron confusas sus nostalgias.
Y el ángel le dijo: "Vine a liberarte... vine a liberarte, no quiero que sigas sufriendo",
pero él seguía perplejo, pues no comprendía,
por qué el ángel lo hacía... él no encontraba el sentido de esto,
porque quizá era un encuentro confundido.
Y al entrar en razón, él abrazó a su ángel y lo miró,
diciéndole que salvara al amor de su misma alma,
que no lo dejara, porque el servidor ajeno lo condenaría,
y al ángel no le importó... y al infierno se enfrentó.
Entre látigos y escudos, lucharon todos sin control,
los colmillos del lobo rompieron el calabozo y los liberó,
y el servidor ajeno con una espada de fuego... al lobo mató,
el ángel cubrió los ojos de los mortales,
para que no vean sufrir al otro ángel,
con dolor y tristeza ellos abandonaron el obscuro y ardiente infierno,
el servidor ajeno fue detrás de ellos y con su látigo de bronce y acero... los azotó.
La espalda del ángel fue su protección y recibió el golpe él,
calmo ayuda y un hoyo profundo al servidor ajeno tragó...
con la poca fuerza que el ángel tenía,
alzó sus alas, tomó en sus brazos a los mortales enamorados...
y al cielo los elevó, ahí donde no había castigo,
donde no existía el dolor, donde su amor no era prohibido,
y ellos volvieron a descansar, a amar... pensando en aquel encuentro confundido.
Autor Original : Nior Nathán
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