Demos culto a nuestro cuerpo,
Empieza la hipnosis desde ahora,
Sedúceme en mi agonía y después de muerto,
Y culpa al deseo de tu obra.
¿Qué es lo que nos hace pecar?
Será la voz, será el olor,
No es más que el cuerpo desnudo al tocar,
Erizando tu piel, seducido por la misma atracción.
Nos olvidamos entre sí; perdidos nos llaman,
Quién será el que niegue esto alguna vez,
Estamos esperando escuchar a quienes dicen no pecar,
Y entre risas nos acariciamos la piel.
Gente hipócrita envuelta en frases divinas,
Sin que nadie los vea caen en el más oscuro deseo,
Y cuando están frente a nosotros... lo llaman herejía,
¿Herejía?, algo absurdo en boca de ellos.
Carne fresca, entre lobos desesperados,
Corremos el riesgo de ser devorados,
Pero a nosotros nos gusta de esa forma ser tratados,
Y nos hacemos víctimas para aparentar ser cazados.
Nada es de lo que parece ser,
Carne devorada por la misma carne,
Sádicos descontrolados devorando hasta el último cabello,
Y el cuerpo se vuelve un arma letal entre el deseo.
Mi mente; agoniza del mismo modo que mi cuerpo,
Ver tomar sólo la piel para quedarme con el alma,
Encontrándome en el principio y el final de la lujuria,
Y sentirme como carnada, para conseguir satisfacer el deseo en ellos...
Autor Original : Nior Nathân
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